Poemas de guerra

05/03/2022 Comentarios desactivados en Poemas de guerra

Elena Zaslavsky (Lisichanks, 1977) es poeta, periodista y figura pública. Actualmente vive en Lugansk. Ha escrito cuatro libros de poesía, es articulista en varios medios y editora de un periódico en Lugansk para la Academia Estatal de la Cultura y las Artes. Su nombre ya figura en la Antología  «15 siglos de poesía rusa», que se publicó en Moscú .

Poemas de Guerra

Pan negro

3.5.2014

Durante mucho tiempo no hubo problemas. Mucho.
Durante mucho tiempo no hubo guerra. Mucho.

Los niños tuvieron tiempo de crecer,
los nietos tuvieron tiempo de crecer.
Los bisnietos no han tenido tiempo, aún.

Y el hijo dijo: «Me marcho. Lo siento».
Y el nieto dijo: «Yo también. Déjame ir «.
Y los bisnietos ya estaban crecidos.

Y de nuevo fluía la sangre caliente.
Y la patria se desgarra.
Y se tornaron hermano contra hermano, uno contra otro,

Y manaba leche negra de los senos.
Y la sangre era negra en los corazones,
Como la antracita, nuestro carbón de Krasnodon.

El último estrato. Desde las entrañas inaccesibles.
Arriba del mismo infierno.
La Historia quiere cambios
Y fría, fría, fría piedra negra de molino.

Nos convertimos en el pan negro de la guerra,
Nosotros, que éramos dorado grano.

Черный хлеб

03.05.2014

Долго не было беды. Долго.
Долго не было войны. Долго.

Успели дети подрасти.
Успели внуки подрасти.
А правнуки пока что не успели.

И сын сказал: «Я ухожу. Прости».
И внук сказал: «Я тоже. Отпусти».
И правнуки заметно повзрослели.

И снова кровь горячая лилась.
И Родина кроилась и рвалась.
И брат на брата шел, а друг на друга.

И стало черным молоко в сосцах.
И стала черной кровь в людских сердцах,
Как антрацит, наш краснодонский уголь.

Последний пласт. Из недоступных недр.
Наверх. Из самой преисподней.
История желает перемен
И крутит, крутит, крутит черный жернов.

Мы стали черным хлебом на войне,
А были… были золотые зерна.

En la barricada principal

5.8.2014

En la barricada principal
en el blanco Balaklava
Mira su muerte.
Y ella, que se había vestido toda
de rojo sangre como el carmín,
Le dijo: «Ven a mí.
Como te amo, te amaré,
Te besaré, seré clemente,
te sacaré de aquí,
Y olvidarás tu nombre.
te llevaré a mi cama cojeando,
mi cama cubierta de rosas,
te acostaré en ella,
Y te olvidarás de todos «.

Pero hasta entonces, él es mi soldado,
el que apunta al enemigo.
Hay muerte en sus ojos,
A la luz de sus pupilas dilatadas.

*Balaklava es un río en Crimea. Pero paradójicamente, también significa Pasamontañas.

На главной баррикаде

08.05.2014

На главной баррикаде
В белой балаклаве
Он глядит на Смерть.
А она-то вся при параде,
Рот в крови, как в помаде,
Говорит ему: «Иди ко мне.
Как же я тебя любить буду,
Целовать буду, миловать буду,
Уведу тебя я отсюда,
И как звать тебя, позабудут.
А постель моя в ковылях,
А постель моя вся в росе,
Уложу на нее я тебя,
Позабудешь и ты обо всех».

Но пока стоит мой солдат,
Хоть и взят врагом на прицел.
Он со Смертью глаза в глаза,
И в расширенных зрачках его свет.

Estos rusos

3.6.2014

Estos chicos rusos no cambian:
Guerra, revolución, «ruleta rusa».
Morir es no llegar a viejo
En los siglos XIX, XX,
en el siglo XXI.

A estas chicas rusas no les cambian:
Esposa decembrista, enfermera.
Amar y guardar,
Mientras su corazón revolotea en el pecho,
En los siglos XIX, XX,
en el siglo XXI.

Tú eres mi niño ruso:
La guerra, la milicia,  morir por tu país.
Nada cambia,
Nada cambia.
Los demonios saltan,
Y los ángeles están esperando en el umbral de la eternidad.

Soy tu chica rusa:
La Cruz Roja, un vendaje blanco, alcohol puro.
te protegeré
de lo inhumano
con mis plegarias.

Y llega la primavera, brotan los manzanos,
Cantan sobre la vida y desprecian las cenizas,
Y así, ellas, -ortodoxas,
rusas,-  tras la oración, alzan sus rodillas.

Эти русские

03.06.2014

Эти русские мальчики не меняются:
Война, революция, «русская рулетка».
Умереть, пока не успел состариться,
В девятнадцатом, двадцатом,
Двадцать первом веке.

Эти русские девочки не меняются:
Жена декабриста, сестра милосердия.
Любить и спасать,
Пока сердце в груди трепыхается,
В девятнадцатом, двадцатом,
Двадцать первом веке.

Ты же мой русский мальчик:
Война, ополчение, умереть за Отечество.
Ничего не меняется,
Ничего не меняется.
Бесы скачут,
А ангелы ждут на пороге вечности.

Я твоя русская девочка:
Красный крест, белый бинт, чистый спирт.
В мясорубке расчеловечивания
Будет щит тебе
Из моих молитв.

А весна наступает. Цветущие яблони
Поют о жизни, презревшей тлен,
Так, будто они — православные,
Русские и после молитвы встают с колен.

Fronteras

7.7.14

Compartimos una frontera.
La línea del frente. La línea de la vida.
Soñamos con la otra,
Esto es todo lo que nos queda ahora.

Yo no olvido…
Pero una vez más — una vez más —
La comunicación se corta en el móvil,
Queda por conexión el corazón.

Ni el perdón, ni la venganza,
Sólo el dolor crucifica su pecho,
Ya nada queda de la vía del tren,
Sólo queda la Vía Láctea.

Y las estrellas que brillan en el cielo,
Tras los puentes reventados,
Vuelo hacia ti para saber
Que has llegado alto.

Границы

7.07.14

Нас разделяют границы.
Линия фронта. Линия жизни.
Мы будем друг другу сниться,
Это все, что осталось нам ныне.

Я ничего не забыла…
Но снова – в который раз –
Обрывается связь мобильная,
Остается сердечная связь.

Ни прощения, ни отмщения,
Только боль распинает грудь,
Не осталось путей сообщения,
Только Млечный Путь.

И по звездам, что в небе светятся,
Через взорванные мосты
Я лечу к тебе, чтобы встретиться
У взятой тобой высоты.

Y la guerra repartió nombres.

08/24/2014

Y comenzó la guerra
A repartir los nombres
De los Héroes.

Y a la Patria…
La hicieron callar
De pena.

El anillo se cayó
En la plumosa hierba
Del campo.

— ¿Cómo llamarte, engrandecerte,
Cómo quieres que te recuerden,
Guerrero?

— Hay muchos nombres brillantes:
Pero se queman en el fuego de la guerra
Muchos nombres,
Pero a cada punto
Hay sangre.

Mamá y papá nos dieron
Muchos nombres famosos.

Entre ellos están los míos.
Si recuerdas cómo te llamas.

Стала Война раздавать имена

24.08.2014

И стала Война
Раздавать имена
Героям.

А Родина-Мать…
Ей пришлось замолчать
От горя.

Он пал, безымян,
В ковыль да бурьян
В поле.

– Как тя звать-величать,
Как тебя поминать,
Воин?

– Много светлых имен
Опалимы огнем
Войн.

Много чистых имен,
Но на каждом пятно
Крови.

Много славных имен
Мамы, папы нам дали.
Среди них и мое.
Поминайте как звали.

Nuestros campos silvestres

03/23/2015

Nuestros campos de amapolas silvestres, del color de la pluma,
Y las trincheras como cinta negra,
Y el cuerpo del soldado que se convierte en un nuevo valor,
Se convirtió en un héroe. A título póstumo.

Nuestros campos de quínoa silvestre y de ajenjo,
exuberantes, cortando el viento,
Plantamos una cruz al lado de los hoyos
Y tenemos nuevas leyendas.

En nuestros campos silvestres de grises cenizas,
con ramos de negros tallos,
Junto a nosotros, aquí, yacen nuestros enemigos,
En nuestra tierra de estepa, en el Donbass.

Nuestros campos de amapolas silvestres, pero del color de la pluma,
Y trincheras como cinta negra
Y somos todos uno, aquel que dio su vida
Para alcanzar nuestros estándares de Victoria.

В наших диких полях

23.03.2015

В наших диких полях маков цвет да ковыль,
И окопы змеятся, как черные ленты,
И врастает солдат телом в новую быль,
Стал героем. Посмертно.

В наших диких полях лебеда да полынь,
Буйны головы, буйные ветры,
Мы с курганами рядом поставим кресты,
И мы новые сложим легенды.

В наших диких полях, что седы от золы,
Почернели бессмертников стебли,
Вместе с  нами здесь лягут и наши враги,
В наши степи, в  донбасскую землю.

В наших диких полях маков цвет да ковыль,
И окопы змеятся, как черные ленты,
И мы все как один жизнь свою отдадим,
Чтобы ввысь вознеслось наше  знамя Победы!

¡La ciencia!

08/02/2022 Comentarios desactivados en ¡La ciencia!

¡La ciencia! Lo que hay son científicos, querido amigo, científicos y momentos de un científico. Son hombres… tanteos, malas noches, boca amarga, una excelente tarde de lucidez ¿Sabe usted cuál es la primera hipótesis de toda ciencia, la idea necesaria de todo científico? Que el mundo se conoce mal. Sí. Ahora bien, a menudo se piensa lo contrario; hay instantes en que todo parece claro -en que todo es pleno, sin problemas. En esos instantes ya no hay ciencia -o si se prefiere, la ciencia se ha cumplido. Pero hay otras horas en que nada es evidente, no hay más que lagunas, actos de fe, incertidumbres; no se ven sino retazos y objetos irreducibles por todas partes.

Paul Valéry, Monsieur Teste

Se estrecha el cerco

25/11/2021 Comentarios desactivados en Se estrecha el cerco

Se estrecha el cerco
Estamos asistiendo a un linchamiento de la disensión.
Si no te apuntas a lo dictado, te espera un castigo.
El certificado de vacunación contra el Covid, aparte de certificar la imbecilidad y la obediencia mecánica, supone un primer paso decisivo.
Políticos de todo plumaje, empresarios asqueantes e intelectuales prostituidos claman y claman por el Imperio de las Vacunas.
Yo, que no creo en la Ciencia,
menos aún en la ciencia médica,
que detesto las Universidades
y los Laboratorios,
solo tengo una cosa que decir:
«Gentes de los poderes
y de los comercios,
podéis aplastarme
sin dificultad,
demonizarme,
borrarme del mundo de la opinión,
silenciarme,
pero ya no está entre vuestras facultades
clavarme una aguja».
Resulta que mi cuerpo es mío
y yo dirijo esos pasos
que lo alejan de vosotros.
Buena caza, antropocidas
de incógnito!

Pedro García Olivo, Alto Juliana

El vendedor de alfombras

18/11/2021 Comentarios desactivados en El vendedor de alfombras

Mariano Fortuny, «El venedor de tapissos» (Museo del Monasterio de Montserrat)

Un profesor norteamericano y su esposa cuentan que en un pueblo de Capadocia les salió al encuentro un joven educado. Aunque por sus maneras obsequiosas se dieron cuenta de que se trataba de un vendedor de alfombras, como estaban cansados, aceptaron beber un vaso de té en su tienda, conviniendo de antemano en que no iban a comprar. Permanecieron allí tres horas, compararon las costumbres de americanos y turcos, tocaron temas de historia y política, el joven hablaba un inglés excelente.

-Vivimos un grato momento -asegura el profesor-. Compramos dos alfombras preciosas y a un precio muy conveniente, una ganga.

En Dalyan la mochilera tiene oportunidad de hablar con uno de los numerosos vendedores de alfombras que pululan por cualquier lugar turístico. Es un experto en psicología y un estudioso de las culturas, sabe cómo reaccionan latinos y gringos, de qué forma abordar a un japonés, las diferencias entre un italiano y un francés.

-Cuando entran en mi tienda no me interesa mostrarles la mercadería. Los interrogo acerca de su trabajo, el hotel donde alojan, las ciudades que visitaron… hasta que me armo un mapa de su psicología, del dinero que poseen y el que están dispuestos a gastar. En la siguiente hora conduzco la conversación hacia la cultura e historia de Turquía, les relato la vida de las comunidades aisladas, la forma en que trabajan la lana, el origen de los diseños. Por su propia cuenta comienzan a mirar las alfombras. Como sé la cantidad de dinero que llevan encima, mi labor consiste en guiarlos hacia los tapices que están a su alcance. Si no compran, no hay problema: lo que aprendí me servirá para convencer a otros clientes. Sin salir del pueblo, conozco el mundo.

Al llegar a este punto el vendedor se ausenta. Para no aburrirse, revisa las alfombras colgadas en los muros.

-¿Te gusta alguna?

-Te advertí que no vine a comprar.

– Y no quiero venderte. Sólo por curiosidad, dime ¿cuánto pagarías por esa? -señala la alfombra que estuvo observando la turista.

Le da una cifra extraordinariamente baja.

-Eres una mujer inteligente, eso me gusta-. Y propone una cifra más alta.

Una hora después el vendedor se queda con sus antiinflamatorios, algunas liras turcas y sus zapatillas de lona. Ella recibe a cambio una pequeña alfombra y la sensación de haber desbancado al casino.

CYNTHIA RIMSKY, «Poste restante»

Siesta

06/11/2021 Comentarios desactivados en Siesta

Francisco Bores, «L’Après-midi d’un faune» (1943)

Para mí la Siesta es el Llamado al Camino de la Evidencialidad Mística, y está en el ángulo de Oscuridad y Deslumbramiento, lo oscuro por reverberación, o sea la claridad del darse del Ser por supresión de la Figura y Rumbo que se nos antoja imposible. El mundo en Siesta no marcha; a la Noche las estrellas le ponen dirección de marcha. Por ello la Intelección prospera en la Siesta y no en la Noche.

(Pero esto ha de ser dado en versión, es decir en metáfora, no en definición. Quien tenga la metáfora de la Siesta, la dé. Yo se la pediré al gallo insomne de la Noche de la Siesta).

Hay que hacerle arte al místico, a la Pasión, pero no a lo Real, a la pasión de vivir.

MACEDONIO FERNÁNDEZ (1940)
Música: Claude Debussy, «Prélude à l’aprèsmidi d’un faune«

Le Faune:

Ces nymphes, je les veux perpétuer.
Si clair,
Leur incarnat léger, qu’il voltige dans l’air
Assoupi de sommeils touffus.

Aimai-je un rêve ?
Mon doute, amas de nuit ancienne, s’achève
En maint rameau subtil, qui, demeuré les vrais
Bois mêmes, prouve, hélas ! que bien seul je m’offrais
Pour triomphe la faute idéale de roses.

Réfléchissons…
ou si les femmes dont tu gloses
Figurent un souhait de tes sens fabuleux !
Faune, l’illusion s’échappe des yeux bleus
Et froids, comme une source en pleurs, de la plus chaste :
Mais, l’autre tout soupirs, dis-tu qu’elle contraste
Comme brise du jour chaude dans ta toison ?
Que non ! par l’immobile et lasse pâmoison
Suffoquant de chaleurs le matin frais s’il lutte,
Ne murmure point d’eau que ne verse ma flûte
Au bosquet arrosé d’accords ; et le seul vent
Hors des deux tuyaux prompt à s’exhaler avant
Qu’il disperse le son dans une pluie aride,
C’est, à l’horizon pas remué d’une ride
Le visible et serein souffle artificiel
De l’inspiration, qui regagne le ciel.

O bords siciliens d’un calme marécage
Qu’à l’envi de soleils ma vanité saccage
Tacite sous les fleurs d’étincelles, Contez
« Que je coupais ici les creux roseaux domptés
« Par le talent ; quand, sur l’or glauque de lointaines
« Verdures dédiant leur vigne à des fontaines,
« Ondoie une blancheur animale au repos :
« Et qu’au prélude lent où naissent les pipeaux
« Ce vol de cygnes, non ! de naïades se sauve
« Ou plonge… »

Inerte, tout brûle dans l’heure fauve
Sans marquer par quel art ensemble détala
Trop d’hymen souhaité de qui cherche le la :
Alors m’éveillerai-je à la ferveur première,
Droit et seul, sous un flot antique de lumière,
Lys ! et l’un de vous tous pour l’ingénuité.

Autre que ce doux rien par leur lèvre ébruité,
Le baiser, qui tout bas des perfides assure,
Mon sein, vierge de preuve, atteste une morsure
Mystérieuse, due à quelque auguste dent ;
Mais, bast ! arcane tel élut pour confident
Le jonc vaste et jumeau dont sous l’azur on joue :
Qui, détournant à soi le trouble de la joue,
Rêve, dans un solo long, que nous amusions
La beauté d’alentour par des confusions
Fausses entre elle-même et notre chant crédule ;
Et de faire aussi haut que l’amour se module
Évanouir du songe ordinaire de dos
Ou de flanc pur suivis avec mes regards clos,
Une sonore, vaine et monotone ligne.

Tâche donc, instrument des fuites, ô maligne
Syrinx, de refleurir aux lacs où tu m’attends !
Moi, de ma rumeur fier, je vais parler longtemps
Des déesses ; et par d’idolâtres peintures
A leur ombre enlever encore des ceintures :
Ainsi, quand des raisins j’ai sucé la clarté,
Pour bannir un regret par ma feinte écarté,
Rieur, j’élève au ciel d’été la grappe vide
Et, soufflant dans ses peaux lumineuses, avide
D’ivresse, jusqu’au soir je regarde au travers.

O nymphes, regonflons des souvenirs divers.
« Mon œil, trouant le joncs, dardait chaque encolure
« Immortelle, qui noie en l’onde sa brûlure
« Avec un cri de rage au ciel de la forêt ;
« Et le splendide bain de cheveux disparaît
« Dans les clartés et les frissons, ô pierreries !
« J’accours ; quand, à mes pieds, s’entrejoignent (meurtries
« De la langueur goûtée à ce mal d’être deux)
« Des dormeuses parmi leurs seuls bras hasardeux ;
« Je les ravis, sans les désenlacer, et vole
« A ce massif, haï par l’ombrage frivole,
« De roses tarissant tout parfum au soleil,
« Où notre ébat au jour consumé soit pareil. »
Je t’adore, courroux des vierges, ô délice
Farouche du sacré fardeau nu qui se glisse
Pour fuir ma lèvre en feu buvant, comme un éclair
Tressaille ! la frayeur secrète de la chair :
Des pieds de l’inhumaine au cœur de la timide
Qui délaisse à la fois une innocence, humide
De larmes folles ou de moins tristes vapeurs.
« Mon crime, c’est d’avoir, gai de vaincre ces peurs
« Traîtresses, divisé la touffe échevelée
« De baisers que les dieux gardaient si bien mêlée :
« Car, à peine j’allais cacher un rire ardent
« Sous les replis heureux d’une seule (gardant
« Par un doigt simple, afin que sa candeur de plume
« Se teignît à l’émoi de sa sœur qui s’allume,
« La petite, naïve et ne rougissant pas : )
« Que de mes bras, défaits par de vagues trépas,
« Cette proie, à jamais ingrate se délivre
« Sans pitié du sanglot dont j’étais encore ivre. »

Tant pis ! vers le bonheur d’autres m’entraîneront
Par leur tresse nouée aux cornes de mon front :
Tu sais, ma passion, que, pourpre et déjà mûre,
Chaque grenade éclate et d’abeilles murmure ;
Et notre sang, épris de qui le va saisir,
Coule pour tout l’essaim éternel du désir.
A l’heure où ce bois d’or et de cendres se teinte
Une fête s’exalte en la feuillée éteinte :
Etna ! c’est parmi toi visité de Vénus
Sur ta lave posant tes talons ingénus,
Quand tonne une somme triste ou s’épuise la flamme.
Je tiens la reine !

O sûr châtiment…
Non, mais l’âme
De paroles vacante et ce corps alourdi
Tard succombent au fier silence de midi :
Sans plus il faut dormir en l’oubli du blasphème,
Sur le sable altéré gisant et comme j’aime
Ouvrir ma bouche à l’astre efficace des vins !
Couple, adieu ; je vais voir l’ombre que tu devins.

Stephane Mallarmé, L’après-midi d’un faune (Églogue)

Premio al engaño

17/10/2021 Comentarios desactivados en Premio al engaño

PREMIO AL ENGAÑO

Si quieres prosperar
en este mundo de mentira
triunfante,
debes sacarte un título
en la Universidad del Engaño.
Aprende de estos tres varones
que, poniéndose un nombre de mujer,
Carmen Mola,
y diseñando toda una arquitectura
del fraude,
han recibido un millón de euros.
Han usado a sus lectores
previos,
de cuando sacaban novelas policíacas,
engañándolos,
como escalones
para ascender.
Y se han merecido
el Premio Planeta,
si bien el planeta Tierra
no se merece
embaucadores como ellos.
Mando a paseo,
a un paseo extraterrestre,
al Premio Planeta
y a todos sus premiados.
Casi nada tan sucio
y tan necio
como la Industria Cultural.

PEDRO GARCÍA OLIVO, Alto Juliana, Aldea Sesga

Los altos

16/10/2021 Comentarios desactivados en Los altos

Alberto Giacometti, «Homme qui marche II» (1960)

Las personas muy altas, aparte del horroroso inconveniente de andar siempre muy lejos de ellas mismas, notándose que caminan a grandes pasos para alcanzarse -yo no podría acostumbrarme a un destino tan travieso- llevan por esto, de continuo, las lastimaduras en la cabeza que todos hemos observado. Debe elegirse a tiempo la estatura “apenas alta”: es mi clasificación; tengo un modelo en casa. No estoy resentido con los altos: no he querido ese formato.

Macedonio Fernández, Una novela que comienza

Poema al astro de luz memorial

14/10/2021 Comentarios desactivados en Poema al astro de luz memorial

Marc Chagall, «En torno a ella»

(Yo todo lo voy diciendo para matar la muerte en «Ella»)

TESIS: Es más Cielo la Luna que el Cielo, si una Cordialidad de la Altura es lo que buscamos.


Astro terranalicio de la luz segunda astro terranalicio de la luz dulce que con aventura extraña visitas las noches de la tierra, unas sí y otras no, pero siempre de una noche para otra con diversa libertad de visita, siempre o más breve o más detenida y cada serie de tus visitas comienzas tímidamente y mitad decreces noche a noche y mitad decreces noche a noche, haciéndote un visitante diferente de noche en noche, para en mínimo ser cual comenzaste partir a un no volver de algunos días.
Astro terranalicio de un día sí y otro no, de una vez más y otra menos, pero que no dejas nunca de serlo.
¿Para qué astro eres entonces visita de sus noches, pues no eres terrenal en tus ciertas ausencias, o es que los otros días piensas en ti sola como sólo en la tierra en las noches de tu plena luz?
Dile a un poeta que no lo sabe todo, si está hecha tu ausencia con un pensar en ti, o quizá con un lucir a otro. Porque poeta es saberlo todo.
Trechos de tu órbita la tierra no los sabe, y ella tan cierta está de algún imposible tuyo para tenerse en sus noches y este amor alternante no se enduda, en tanto en mí, hombre de continuidad en humano amor me puso incurablemente en sospecha.
Pero te amamos tanto, astro de la luz segunda, tu dulce luz tanto amamos memorizando a la tierra el sol no presente con tu luz recuerdo; yo al menos te amo tanto, que cuando vuelves ceso de creer en tu ausencia de ayer y de otros días. También como la tierra, yo creo que sólo por imposible ayer no estabas.
Astro memorioso que esmeras un día de cada dos en tocar de diurnidad la noche terrenal, cual si supieras que la memoria solar de la tierra solaricia es desfalleciente de un día a otro alternado día y si antes y después le has de hacer noches diurnales a la tierra y lo haces tú, tú que no tienes olvido por ausencia, tú que ausente por noches fías en la memoria de ti por la tierra, inquiétaste por la memoria solar de la tierra.
Tutora de la fidelidad terrenal al recuerdo del sol, en eso eres solaricia; pero eres terranalicia en tu fidelidad de compañía a la órbita de la tierra.
He comprendido un misterio tuyo pero éste no.
Terranalicia tú, solaricia la tierra ¿es que velas por toda la memoria en el mundo y amas más las memorias, por más reales, que los presentes? Aquí callo sin comprender.
¿O es que no nos vienes en tu amor sino en un menos amor y en principal cuida del amor solario de la tierra?
Cuando te veo recién arribada, alcanzado por ti nuestro borde, pareciendo vacilar allí y como a emprender un rodar a lo largo del horizonte por gustarlo, y luego te pliegas a un ascenso ¿qué nos quieres decir así?
Quedemos sin saberlo hoy también; mañana, más tarde —para qué son nuestros días sino para trabajar más y otra vez los misterios— más enérgicamente, en buena hora de mi espíritu contemplaré, escucharé el misterio de tu sentido en el misterio todo.
Cuando tú quieres ser el ojo del ciprés y con un mirar obseso aferras nuestra contemplación debemos comprenderte dolorida, tanto como cuando nosotros en un no poder ya resistir nos revolvemos como tú ahora oh único astro que mira (pues todos los otros saetan ásperos de chispas que nunca miraron).
Oh único astro de mirada, nos revolvemos clamando hacia el no ser.
Y ya ahora te desprendiste del follaje y tiendes hacia el horizonte, te serenas, vagas y cuando la nubecilla en gran viento flota, te aguzas flecha disparada de ella vertiginosa para detenerte, serenarte cunado huiste bastante de aquel pasajero copo al que le opusiste tu fuga, caprichosa triste y complacida de tu juego y nuestro asombro, nos encaras con ligereza y en fin vas cayendo con ladeado mirar distraído hacia el borde del mundo.
Y ya te fuiste, con tus pobres dichas y quejas. En toda la andanza, sólo en el perfil de los cipreses lloraste, y tanto que pediste nuestra piedad. Y ahora por faltar tuyo un cielo sin mirada en las noches, ahora sólo habrá astros que agitan, no tú que acompañas.
Oh, sí, acompañas con cuántas gracias saltas de copa en copa siguiéndonos entre los árboles con tus saltitos de luz a sombras.
El único mirar dulce que viene de lo alto es el tuyo el chispear del viaje de indiferencia de las otras estrellas molesta y agita, y no nos mira.
Heridos de ellas, corremos a ti cuando apareces y con dolor nuestro comienza la ausencia tuya.
Sí; porque pudiera que el móvil chispear de las estrellas sea dolor como hay dolor en nosotros pero es que tú, luna, que también sufres, miras y acompañas.
Eres más sabia o afortunada en la mitigación participante.
Qué es la luna no lo sabemos hombres y aun artistas y poetas, qué sentido tiene su ser y sus modos, su adhesión a la tierra, su seguimiento al sol, su mediación mnemónica entre la tierra y el sol y por qué quiere hacer diurnales unas y no otras de las noches terrenas, y tantas cosas más neciamente explicadas, que de ella ignoramos pero que sólo puede explicarlas la doctrina del misterio.
Que el sol te atrae, que la tierra también, que recibes la luz del sol y sin amor, por fuerza la reflejas a la tierra, éstas no son explicaciones; no se nos dice por qué el sol brilla, por qué en torno suyo gira la luna en torno de la tierra, ya que pudo ser otramente; por qué hay una luz interceptable, por qué hay una luz que tiene sombras, por qué ceden a su paso unas cosas y otras no y hay lo opaco y lo traslúcido.
Mecánica dirá por qué, pero yo no pregunto sino para qué razón para el alma, pues conciencia se anula si admite un mundo rígido, y todo el porqué físico no es más que decirme el antes de algo, o sea una evasión no una respuesta.
Lo que anhelamos explicar es qué debemos sentir y adivinar ante estos hechos, ante el comportamiento lunar, qué nos quiere decir y de qué manera concierta con el misterio total único. La espontaneidad, el acontecer libre, no es una respuesta; es un renunciamiento explicativo.
Todavía no poeta, no soy poeta, no hay poeta, pues de eso no se sabe. Hasta ahora, pues, sólo vivimos.
Debió enseñarsenos y debimos entenderlo antes que nuestro saber ignorado innato y luego nuestro acto nos hicieran gustar por primera vez el pecho materno. ¿Pero cómo, se dirá, ha de esperar el niño a conocer el sentido de la luna para empezar a nutrirse, si en tanto morirá? ¿Pero por qué, digo yo, ha de precisar nutrirse antes de entender el sentido de la luna y se ha de morir si deja lo uno por lo otro? La ciencia nada explica, es evidente; pero el poeta no lo dijo nunca tampoco, aún.
Y yo miraré la próxima luna todavía sin entenderla.
Oh luna, que puede amarse, bien me pareces pobrecita del cielo.

Macedonio Fernández («Poemas», 1953)

Bibliografía:

dirección contraria

14/10/2021 Comentarios desactivados en dirección contraria

de la destruyción de las Indias

12/10/2021 Comentarios desactivados en de la destruyción de las Indias

Grabado de Theodor de Bry (s. XVI)

Hacían unas horcas largas, que juntasen casi los pies a la tierra, e de trece en trece, a honor y reverencia de Nuestro Redemptor e de los doce apóstoles, poniéndoles leña e fuego los quemaban vivos.

Bartolomé de las Casas, Brevíssima relación de la destruyción de las Indias

¿Dónde estoy?

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